domingo, 19 de septiembre de 2010

Efímero


Fui terriblemente feliz. Hubo un tiempo en que no importaba qué hora fuera, ni qué se suponía que debía hacer. Hubo un tiempo en que todo lo que me preocupaba desapareció como por arte de birlibirloque. Hubo un tiempo en que soñé despierto.

Ahora, cuando la realidad camina a mi lado, aquella otra vida me castiga desde la memoria. Con los pies en el suelo y un lastre atado en los tobillos, es difícil volver a volar. Sólo los pequeños saltos que doy con todas mis fuerzas me alejan por un instante de esta existencia. Y supongo que es la esperanza de reparar las alas y escaparme de nuevo la que me empuja a seguir adelante.

Quizás necesite esa libertad, o perder la noción del tiempo. O la seguridad de saber que esa sensación será para siempre.

Da igual. Al menos puedo decir que fui terriblemente feliz.


Leones, de Pereza.

Soy un peleón,
no puedo con el sol
Pero cuidado conmigo,
tomo medicación.

El lunes cuesta,
el martes imposible sin tu voz.
He esquivado un tiro,
me han rozado dos.

Somos bichos raros,
lentos y asustados.
Nos matábamos tal vez,
nos moríamos de sed.
Nadie, los dos a la vez,
midiéndonos como dos leones
y al final...

Dos heridos graves,
desperfectos claves,
ambulancias, naves...

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