miércoles, 21 de septiembre de 2011

Entusiasmo en cuarto menguante


Durante la más tierna infancia escuchas en numerosas ocasiones aquella típica pregunta: ¿y tú qué quieres ser de mayor? Supongo que en aquel momento empiezas a ser consciente de que en el futuro te tocará trabajar para poder vivir, pero no te preocupa ya que aún sigues viendo el mundo como un enorme parque de juegos y eso de trabajar incluso suena divertido. Recuerdo que una de las primeras respuestas que di a tal cuestión fue cartero. Pues sí, eso de ir paseando por el barrio, saludando a los vecinos con una sonrisa generosamente dibujada en la cara y repartiendo noticias, acertando en los buzones de mis conciudadanos, me parecía de lo más entretenido. Supongo que existe la posibilidad de que hayas sido más clásico durante tu niñez y una de tus primeras respuestas haya sido policía, bombero, mecánico, profesora o veterinaria.

Creces un poco más y cada vez te parece menos un juego. Empiezas a plantearte que la cosa va en serio, pero aún reina un cierto componente onírico en la decisión. Descubres que eres más de ciencias (mates y natus) que de letras, así que te planteas que de mayor quieres ser médico. ¡Qué entrañable eso de curar a la gente y hacer de éste un mundo mejor y más sano! El idealismo ciega cualquier atisbo de razón. El corazón sigue mandando sentado en su trono de un lejano planeta situado en una galaxia a miles de millones de años luz. ¡Pero qué más da eso ahora! La vida sale...

Te haces mayor y toca volver a elegir. La universidad está a la vuelta de la esquina y tú sigues sin saber qué hacer. El realismo, sin embargo, viene hacia ti a toda velocidad. Pero tranquilo, aún está lejos y le falta algo de tiempo para llegar. Tu pensamiento ahora se centra en no equivocarte al tomar una elección, esta vez sí, trascendental. Descubres que no te ves el resto de tu vida sentado en un cómodo sillón de tu consulta diagnosticando gripes y faringitis y aflora de tu interior ese idealismo hippy que otrora mandó en tu peliaguda existencia. Decides que quieres aportar algo al mundo y, más concretamente, a la ciencia. Estudias farmacia (por ejemplo...). ¿Que por qué? Pues porque tiene salidas, porque tiene algo que ver con aquella medicina que tanto me atrajo en el pasado y porque en el futuro me proveerá de un billete directo al interior de la ciencia. Ahora es una decisión (más o menos) firme pero deja un regusto extraño a “¿y si hubiera...?”. Da igual, ya no hay vuelta atrás.

Acabas tus estudios universitarios. ¡Genial! ¿Y ahora qué? (la eterna pregunta...) Mis planes tradicionales llegaban hasta aquí. Lo siguiente que recuerdo de las entrañas de mi imaginación es que ahora tocaba trabajar, ganarse bien la vida, tener familia... Error, en este preciso instante viene lo difícil. La decisión más dura: ¿Seguirás a tu joven entusiasmo por el camino espinoso del que quiere hacer realidad un sueño o seguirás el camino de rosas que intuía la imaginación? Difícil, difícil, difícil... Ya que tienes la oportunidad de elegir (no todo el mundo la tiene), y sin saber bien por qué, decides seguir el camino idealista y cumplir tu sueñode juventud. Te dedicas en cuerpo y alma a la ciencia.

La investigación, que lleva llamándote desde el primer día que entraste en un laboratorio (por aquellos tiempos en que eras un inocente escolar), llena tu espíritu pero no tu bolsillo. Te exige un gran esfuerzo mental y físico y te lleva a enfrentarte a situaciones emocionalmente extremas. ¡Aventura! Un salto sin red en el que no tienes más remedio que aprender a volar. Por fin ha llegado aquel realismo que se acercaba a toda velocidad y choca contigo de frente. Es una amante caprichosa y celosa que no siempre quiere complacerte. Mientras tú pones la pasión, ella pone el desenfreno. Aunque en honor a la verdad hay que reconocer que el día en que decide sorprendente la recompensa es muy dulce y está rellena de algún tipo de droga bastante euforizante.

Resumiendo, cuando eres un niño el futuro es algo fantástico y maravilloso visto a través de un filtro de color rosa en el que podrás ser lo que quieras ser y la vida estará más que resuelta con cierta facilidad. No obstante, todo ese entusiasmo se va perdiendo paulatinamente a medida que el filtro se va destiñendo y la realidad se deja ver tal y como es. Un consejo: no dejéis escapar jamás a ese niño que vive dentro y que sigue coloreando cuadros en blanco y negro.

Esta canción me parece alucinante: If I don’t live today, then I might be here tomorrow, de Mando Diao.

Take my hand of funeral flowers in white.
Why did you hurt me so?
You said that you never stood out,
so go kiss Ann on the cheek.

She's never weak,
she likes the way you betrayed me.
But don't forget...

If I don't live today, then I might be here tomorrow
If I don't live today, then I might be here tomorrow

Be here tomorrow.

Watch me shine, as all the lights closes down
It's just a talent of mine
You know I die whenever I want
So go chase fortune when I'm gone
I'm guilty of reading my own past.
Don't forget...

If I don't live today, then I might be here tomorrow
If I don't live today, then I might be here tomorrow

Be here tomorrow.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Él ha despertado


Llevo una semana sin apenas dormir. Camino arrastrando los pies y los ojos rojos me delatan. Los oídos se han vuelto selectivos y no son capaces de captar todos los sonidos, solamente filtra aquellos que le ordena la atención. Los bostezos continuos hablan sin palabras y los párpados se cierran en cuanto tienen ocasión, incluso en los momentos más inoportunos. El sueño me hace parecer vulnerable. Pero Él se ha despertado.

La semana le ha sido propicia. Pensaba que por fin había conseguido encerrarlo casi definitivamente. Me equivocaba. Tiene mal despertar y tras su letargo suele estar muy hambriento. Recordaréis que se alimenta del dolor ajeno. Pero no de cualquiera, sino de aquellos que merecen sentirlo. Es impaciente y no se conforma fácilmente con un “no”.

Y ahora es tarde para volver hacia atrás. Se ha adueñado de mí y no descansará hasta quedar satisfecho. Consecuentemente, yo tampoco podré descansar hasta entonces. Por suerte, se encargará de proporcionarme suficiente adrenalina para mantenerme alerta. La batalla ha comenzado: Él contra mí, o los dos contra el mundo. Un equilibrio difícil cuando se trata de alguien que vive en mi interior.

No sé quién ganará pero sé quién pierde seguro. Tarde o temprano me tocará pagar por aquellos errores que no he cometido. Mientras tanto, los que sólo cuentan con ese ser oscuro seguirán alimentando el agujero negro de sus almas con los ojos fundidos en blanco. Autodestructivos e inconscientes. Viviendo en un mundo falso e irreal, sin verdades ni mentiras, sólo el reflejo de lo que antes fue su vida. Encerrados en una jaula de arrepentimientos fingidos o de frágil orgullo de cristal. Mirando por la ventana que da al universo de los logros, la honestidad y la realidad que jamás habitarán.

Él contra ellos. Un choque de trenes, una colisión interestelar de consecuencias imprevistas. Un golpe de autoridad. Sólo puede quedar uno...


A pain I’m used to, Depeche Mode:

I'm not sure what I'm looking for anymore,
I just know that I'm harder to console.
I don't see who I'm trying to be instead of me
but the key is a question of control.

Can you say what you're trying to play anyway?
I just pay while you're breaking all the rules.
All the signs that I find have been underlined,
devils thrive on the drive that is fueled.

All this running around, well it's getting me down.
Just give me a pain that I'm used to.
I don't need to believe all the dreams you conceive,
you just need to achieve something that rings true.

There's a hole in your soul like an animal
with no conscience, repentance unknown.
Close your eyes, pay the price for your paradise.
Devils feed on the seeds that are sown.

I can't conceal what I feel, what I know is real.
No mistaking the faking, I care
with a prayer in the air I will leave it there.
On a note full of hope not despair

All this running around, well it's getting me down.
Just give me a pain that I'm used to.
I don't need to believe all the dreams you conceive,
you just need to achieve something that rings true.