martes, 29 de marzo de 2011

Ese otro "yo"


Ya es casi miércoles. Mi “yo interior” empieza a despertarse legañoso. Me había abandonado, odia los lunes y aún más los martes (que son los nuevos lunes sin duda...) pero su letargo va acabando al acercarse el ecuador de la semana. No despierta de golpe, es algo gradual. Tiende a animarse más por la tarde y la noche. Es impulsivo, divertido e impredecible.

Se prepara para el fin de semana. Quiere ver la luz del sol... y de la luna. Le encanta estar rodeado de gente que se ría con él y odia la seriedad. Ha desarrollado un fino olfato para seguir rastros de entretenimientos varios y tiene la habilidad de desconectar al cerebro que rige mi “yo racional”.

No puedo hacer nada para pararlo. Cuando despierta toma el control y es difícil de aplacar. Sólo en contadas ocasiones le convenzo de lo incorrecto de su actitud. Pero no tardará en volver a las andadas. A decir verdad, la gran mayoría de veces no quiero detenerlo. Me gusta, me cae bien. Le da un toque de color a una rutinaria vida gris. “Déjale que pinte”, pienso. Cada cual tiene sus hobbies.

Está aquí. El fin de semana está más cerca. Te he estado esperando con ansia. Bienvenido de nuevo. Adiós tediosa rutina...


Hoy toca una de esas canciones que me animan con sólo escuchar unas notas y que tiene una letra más que interesante. Release me, de Agnes.

Release me
Release my body
I know it's wrong
So why am I with you now
I say release me
'Cause I'm not able to
Convince myself
That I'm better off without you

Yeah, it's perfectly clear
That love's not what you need
I tell you I don't care
But I don't want to
Anything that you say
I hear myself agree
And I don't recognize
What i've turned into

I don't know why I want you so
'Cause I don't need the heartbreak
I don't know what addictive hold
You have on me I can't shake
No, I'm not in control
So let me go


Release me
Release my body
I know it's wrong
So why do I keep coming back
I say release me
'Cause I'm not able to
Convince myself
That I'm better off without you

I could sleep by myself
It would burn me alive
Find me somebody else
But I don't want to
Try to leave out the love
That goes againt the grain
But I can rationalize it
If I have to

I don't know why I want you so
'Cause I don't need the heart break
I don't know what addictive hold
You have on me I can't shake
No, I'm not in control
So let me go


Release me
Release my body
I know it's wrong
So why do I keep coming back
I say release me
'Cause I'm not able to
Convince myself
That I'm better off without you

domingo, 20 de marzo de 2011

Estaciones pasadas


Siempre llega el momento de decir adiós. Y no quiero decir que todas las despedidas sean dolorosas, pero siempre dejan tras de sí una estela de recuerdos.

Hoy despedimos al invierno y, con él, al frío, a la nieve y a las largas noches heladas. Se van con él momentos dorados y hartones de reír. También experiencias inolvidables, viajes dibujados en sueños que se hicieron realidad y ratos compartidos con aquellos que realmente nos importan. ¿Por qué habrá quienes le tienen tanta manía al invierno? ¿No os gustan esas tardes de frío tapados con una manta en el sofá de casa mientras veis una buena película? ¿O asomaros a la ventana mientras veis como cae la nieve? ¿O declarar una guerra a base de bolazos de nieve contra alguien que os siga la corriente?

Adiós invierno...

...Hola primavera

Esa suele ser la consecuencia de las despedidas: pueden traer con ellas una bienvenida. A veces una despedida implica conocer algo nuevo. Y con ello, se abre la puerta a vivir nuevas experiencias. Los termómetros pueden descansar tranquilos mientras el mercurio vuelve a subir. Aparcamos el abrigo en el armario y liberamos los colores vivos. La playa nos espera impaciente mientras que alguna que otra escapada nos llena de pájaros la cabeza. Los días cada vez más largos y el sol brillante en el cielo nos libera de una profunda melancolía. Llega un nuevo despertar.

¡Así que poneos las gafas de sol y a disfrutar! ¡Feliz primavera! (y cuidado con las hormonas...)


Me adelanto unas horas y comparto La primavera trompetera, de Delinqüentes.

No te pongas triste ni tampoco “me resistes” te aconsejo yo.
Que tires pa´lante siempre alegre y elegante escucha esta canción.
Y llévate un cacharro y corre no te quedes solo,
llego la primavera con regalos para todos.

Un ventilador fue el primer regalo
pa´que se quiten las nubes grises en los días malos.
Que se lleve la basura de los aires contaminados.
Pa´darle fresco a los animales de los documentales,
y a esos deportistas que van delante de un león.

La primavera trompetera ya llegó,
ya me despido del abrigo.
Las muchachitas me vacilan con el sol.
Niña vente conmigo y toma,
quema la goma q suelta el aroma
pintando el aire de negras palomas.

Por los callejones están creciendo muchas flores sin ningún control...


martes, 15 de marzo de 2011

Érase una vez... (II)


Intrigada, Alicia abrió la puerta. Tras ella se escondía un paisaje que le resultaba extrañamente familiar. El frondoso bosque ocultaba a sus pies un monte verde de aparente tranquilidad. Fascinada por aquel paraje, se dispuso a atravesar el quicio y dejó atrás su hogar.

Aún con la boca abierta, sus brillantes ojos azules no dejaban un centímetro por escudriñar. No obstante, a pesar de aquella belleza natural, había algo que parecía mantenerla conectada al lugar del que procedía. Sin embargo, su respiración pausada y el lento pero continuo latir de su corazón le aportaban aquella paz que hacía tanto que andaba buscando.

Después de la parálisis inicial que sufrió durante unos minutos, dibujó una sonrisa en su cara de porcelana. El color rosado volvió a instalarse en sus mejillas convirtiéndola de nuevo en una tierna muñeca de aspecto frágil. No tardaría mucho en comenzar a dar ligeros saltos recorriendo la verde ladera, con aquella aparente felicidad, como poseída por la griega Deméter. Sin apenas darse cuenta se cruzó con tantos árboles, arbustos y rocas como quepa imaginar. Y saltando pasó un rato hasta que paró de repente como hipnotizada por aquel conejo blanco que pareció quedarse mirándola. Y aunque el cruce animal de sus miradas aparentemente paró el segundero del reloj, lo cierto es que el conejo no tenía ni una gota de tiempo que perder. Alicia entendió al momento que también ella debía encontrar su camino, y cuanto antes...

Subido en un árbol cercano un gato de un color peculiar había sido testigo de tan curiosa escena. Alicia se percató de su presencia, pero a él no parecía importarle demasiado. El felino, con su mirada clavada en las pupilas de la joven, comenzó una coreografía de movimientos que le sugirió que quizás debía seguirlo. “¿Era posible que existiera un gato de ese color?” “¿Adónde iría?” Decidida a seguirle, se aventuró en recónditos caminos y se fundió con el paisaje. La vegetación era cada vez más espesa y los caminos se difuminaban bajo sus pies. Avanzaba como con los ojos vendados, el gato se convirtió en su brújula: su viaje al norte había empezado.

Sus pasos cada vez más largos y rápidos delataban su deseo de llegar pronto. Algo en su interior le decía que estaba cerca. La emoción la embargaba a cada metro que recorría. De repente, el corazón le dio un vuelco. Quizás fue lo inesperado de su aparición o su aspecto estrafalario y ciertamente desenfadado. Ese hombre de llamativo sombrero esbozaba una amplia sonrisa con sus labios y enarcaba las cejas como invitando a Alicia a desviarse de su ruta. Le llamó la atención tan poderosamente que le resultó imposible resistirse a perderse a su lado. Y mientras el gato cruzaba el horizonte, Alicia se quedó con él. El extravagante individuo celebró su encuentro y otros tantos eventos como cabían en su imaginación, por absurdos que parecieran. Alicia, rendida a sus pies, le acompañó en toda esa vorágine de locura sin ninguna lógica. Le divertía observar como con su ironía teñía el cristal con que miraba el mundo, y le provocaba un cosquilleo por dentro que le hacía sentirse viva. Creyó pasar con él mil noches y no recuerda ninguna en que no fuera feliz.

Pero tras una de las innumerables lunas llenas que pasearon por el cielo y la vieron transitar por aquel mundo, decidió continuar con su camino. Guiada por su instinto, sus huellas escribieron su destino. Tras apartar un buen montón de finas ramas, llegó a la cima de monte, donde se abría un claro iluminado por el sol de media tarde. El suave viento tocaba una melodía de dulces notas para sus oídos mientras mecía su melena dorada. Se sintió como la reina de corazones: tenía el mundo bajo sus pies. Aunque no lo creyera, nadie podía disfrutar de aquella privilegiada panorámica más que ella. El sino le había esperado para otorgarle su lugar: un sitio ilegítimamente suyo, pero lícitamente entregado. Un lugar en el centro de un universo blanco e infinito bañado por tantos mares como corazones latiendo al unísono.

Alicia despertó. Aquella noche había dormido durante horas y más horas. Una pesada nostalgia la sorprendió con los primeros rayos de sol. De nuevo había sido secuestrada por aquel sueño de fantasía. La vuelta al mundo real se le antojaba demasiado dura para afrontarla una vez más. Sin embargo, en su interior era inmensamente feliz, ya que su situación era temporal: recordaba a la perfección donde se encontraba aquella puerta, y esta vez no dudaría en cruzarla...


Hoy comparto una canción espectacular de Supersubmarina que se titula tal que así, Supersubmarina:

Llego al sitio y no me aguanto,
sé que tendré el cielo entre mis manos.
Aparento estar tranquilo
y en el fondo sé que estoy temblando...
temblando...

Y voy despacio dando tiempo
a que se acorte entre nosotros el espacio,
despacio.

Esta sensación será mejor calmarla
con un poco de aire,
porque en esta asignatura llevo ya más de
un su, su, su, su, su...
un su, su, su, su, su, suspenso.

Si te, si te, si te sirve de algo
que note, note, note que has llegado.
Que note que estarás siempre a mi lado,
yo mientras seguiré aquí sentado.

Y ahora que te veo noto
que me estoy separando del suelo...
del suelo...
Y flotando entre la gente
inconsciente voy hasta tu encuentro...
tu encuentro...

Lentamente mi planeta se hace etéreo,
viajo a un mundo en el que
no existe otra cosa que no sea, ¡oh!
Su, su, su, su, su, su,
su, su, su, su, su, su cuerpo.

Si te, si te, si te sirve de algo
que note, note, note que has llegado.
Que note que estarás siempre a mi lado,
yo mientras seguiré aquí sentado.

Que note que estarás siempre a mi lado.
Yo mientras seguiré aquí sentado.

Como su, su, su, su, su, su...
su, su, su, su, su, suspenso.
Suspenso

Su, su, su, su, su, su,
su, su, su, su, su, su cuerpo.
Su cuerpo.

domingo, 6 de marzo de 2011

Enmascarados


Misterio bajo la máscaras. Engaño al sentido común. Noche sin reglas. Bajo los focos del local de moda (o no tan de moda) cientos de animales, objetos y seres de otras épocas, reales e imaginarios, cobran vida durante unas horas. La posesión de tan ingenuos individuos es su herramienta para hacerse con las calles de la ciudad y convertirla en una maraña sin pies ni cabeza. Destrozan el orden y derriban los pilares de la lógica para construir un mundo al revés, en el que no existen las preocupaciones ni el mañana y los pecados se convierten en virtudes.

Bajo las máscaras se esconden ellos. Se preparan durante semanas para no ser reconocidos. Fabrican su escudo para hacer lo que no se atreven a hacer el resto de los días. Se refugian en la noche y pierden la noción del tiempo, del espacio y del sentido común. El mundo de fantasía en que se han sumergido les alivia. No esperan nada de lo que puede pasar. El futuro más inmediato es una película sin guión y sin casting previo.

La lógica que rige nuestras vidas queda desconectada por la oscuridad. Las tinieblas borran todo recuerdo. El brillo de la purpurina hipnotiza a los sentidos. No existen normas. Ahí afuera las había, pero desaparecieron al emerger la Luna de su letargo. Poco tiempo, pero suficiente. Y entre la danza de máscaras, melodías y luces, las endorfinas y los instintos más profundos afloran y dejan al descubierto al animal que hay en el interior.

Bienvenidos a la ciudad del pecado. Bienvenidos al Carnaval. Mimetizaos con el ambiente, confundíos en la noche, dejaos llevar. Participad del engaño, mentíos a vosotros mismos, saltaos las reglas más arraigadas en vuestro interior, vivid como si no hubiera mañana.

Y bajo las máscaras se esconden ellos, o eso creen. Intentan cubrirse y fabrican un escudo para perder la vulnerabilidad con que conviven. Es una única oportunidad de liberarse de aquel lastre que dificulta el paso de los días. Pero lejos de conseguir su objetivo, el refranero no puede andar desencaminado cuando afirma que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Y es que bajo el disfraz se oculta una persona aferrada a un mundo real y muchas veces desagradecido. Su intento de zafarse de la crueldad y dureza de éste es inane. Los pies de plomo pesan demasiado para volar.

Aún así, lo seguirá intentando cada año y el maquillaje, las máscaras y los retales de su vestido más estrafalario serán la esperanza de hacer de esta ciudad un lugar menos inhóspito. Seguirá buscando ese Aleph o ventana al mundo que anhela. ¿Pues quién no ha perdido nunca una parte de él mismo por esa ventana?

Bienvenidos al mundo real. Bienvenidos a vuestra vida. Sed pacientes, todo llega. Y si no llega, el año que viene lo volveremos a traer.


El Aleph es uno de los temas del álbum Retales de Carnaval, de Nena Daconte. ¿Alguna vez habéis perdido algo en un sitio mejor?

Me cuesta recordar mis pasos por el carnaval,
con quien estuve, con quien me puse yo a bailar.
Tardamos mucho en no volver a ver la luz del sol nacer,
tardamos tanto que salió un aleph en un rincón.

Desde entonces le pierdo la pista, no sé a lo que fue,
no sé adónde vuela, no sé dónde está.

Donde está...
...mi corazón, donde se ha ido a derrumbar.
...mi corazón, que alguien lo busque para mí.
Donde está, que esta noche no duerme contigo.

Donde está...
...mi corazón, que alguien le diga que volví.
...mi corazón, que alguien le diga que pasó lo peor,
que esta noche me muero de frío.

Donde está, que alguien lo busque para mí,
que alguien lo ate para ti,
que alguien lo encuentre y le diga que lo ando buscando por toda la ciudad.

Qué fue lo que vio desde el rincón del comedor
que le hizo marcharse de aquí sin ganas de volver.
La vida es una vez, le intentaba yo contar,
exprime lo mejor y entonces se largó.

Y así fue como apenas recuerdo que perdí los besos,
las ganas de hacerlo, las ganas de ti.

Donde está...
...mi corazón, donde se ha ido a derrumbar.
...mi corazón, que alguien lo busque para mí.
Donde está, que esta noche no duerme contigo.

Donde está...
...mi corazón, que alguien le diga que volví.
...mi corazón, que alguien le diga que pasó lo peor,
que esta noche me muero de frío.

Donde está, que alguien lo busque para mí,
que alguien lo ate para ti,
que alguien lo encuentre y le diga que lo ando buscando por toda la ciudad.

Es como borrar un huracán,
que me perdone pero dónde está.
Que alguien le diga que lo ando buscando a oscuras por toda la ciudad.

Es como David, yo soy Goliath.
Es tan pequeño que donde estará.
No quiero batallas pero estoy tan sola y perdida en esta ciudad,

Es no hacer lo que hacen los demás,
lo que le habrá hecho regresar
a su mundo perfecto, lo doy por perdido, de allí nadie ha vuelto jamás...

martes, 1 de marzo de 2011

Estados menores, ideas minúsculas


No dejo de sorprenderme. La idiotez humana roza el límite entre la realidad y la ciencia-ficción. Y yo aquí, viendo el panorama sin poder hacer nada. Aceptando a regañadientes las grandes soluciones que proponen los dirigentes a nuestros problemas. Ya no gobiernan Estados Mayores, los han corrompido.

Supongo que todos estaréis informados sobre la última medida “anticrisis” del Gobierno: en las autopistas, la velocidad máxima bajará de los 120 a los 110 Km/h. Según fuentes oficiales, se trata de contener nuestro propio gasto en gasolina. Es decir, que el gobierno te dice en qué tienes que ahorrar y te lo impone. ¿Por qué no prohíben la venta de coches de lujo o cierran todas las joyerías? Puestos a reducir gastos... O que no permitan comer bollos, ¡que son innecesarios y muy caros! Además, no es necesario prohibirlo: quién quiera reducir su gasto que vaya a 110 Km/h, ¡que está permitido! Claro que el presidente de esta república bananera ha asegurado que además se reducirá la contaminación y los accidentes. ¡Bingo! Menos accidentes yendo a 110 Km/h porque... esto... bueno, por el... ¡Porque lo dice él! Y digo yo: la somnolencia aumenta al disminuir la velocidad. ¿Menos accidentes?

¿Por qué nos dicen en qué tenemos que ahorrar? ¡Que cada uno ahorre lo que quiera de donde quiera! Ya basta de engaños, mentiras y chorradas. Después de subir el IVA y el IPF, aún queréis recortarnos más. Para que luego los haya orgullosos de pisar el mismo suelo que estos individuos...

Por otra parte, nos desplazamos (sin sobrepasar los 110 Km/h) a Libia, donde un señor se cree un pequeño dios y juega a empezar una guerra. La revolución de ese territorio tenía que llegar; Egipto lideró un movimiento que llevará a la modernización y la liberación de una gente sometida a ideas muy antiguas. Se acabó el chollo de los mangantes (y digo mangantes y no magnates...) que han manejado a su antojo los hilos de un país, pisoteando el bienestar y la esperanza de muchos de sus semejantes. Qué vergüenza da que un líder pueda atacar a su propia gente sin el más mínimo pudor. Todo por el poder...

Así decimos luego que el mundo está mal. ¡Cuanta razón!


Mentiras, de Nena Daconte:

Porque ya no me creo ni uno solo de tus gestos,
conozco tus miradas cuando no me dices nada
y te miro con paciencia esperando que me cuentes;
yo sé por tus silencios que tú quieres que me vaya otra vez...

...Para llenarlo todo de mentiras