martes, 24 de agosto de 2010

Evasión


Cuelgo el cartel de "Cerrado por vacaciones". Por fin ha llegado ese momento del año en que desconecto por completo del mundo que me rodea y lo miro desde otra perspectiva. Necesario descanso. Es la oportunidad de hacer aquello que dejamos pendiente durante el año. Es la vida que a todos nos gustaría llevar.

Este año vuelvo al paraíso en la Tierra, a la isla donde las sensaciones te asaltan a cada minuto. A la calma hecha lugar y al lugar hecho calma. Busco paz. Busco armonía.

Ha llegado el momento de irse. En tan sólo 12 horas veré Barcelona desde el aire y le diré "En 7 días nos volveremos a encontrar". Suficiente tiempo para respirar aire puro. Para ver mi vida desde otro punto de vista. Para reflexionar. Y para volver con energía.

Quién sabe, quizás vuelva otro... Yo, por si acaso, me despido por el momento. Y si vuelve un ente diferente a quien soy ahora mismo, le doy la bienvenida por adelantado. Espero que mantenga vivo el Empieza por E...

¡Hasta pronto!


Applejack, de The Triangles:

Raise your hands
and sing it with me
Sometimes the strongest
and most wonderful things
are those we cannot see

Sing a song (pa pa papaparara)
sing a song (pa pa papaparara)
well about how things seem
more important at night

lunes, 23 de agosto de 2010

Escudo


Enrique era un niño feliz.

Dentro de su mundo casi fantasioso la vida le dejaba un agradable sabor a golosina. Tanto era así, que jamás se llegó a plantear si existía algo fuera de su entorno. Cierto es que su temprana edad le ocultaba en parte la realidad, pero su cómoda existencia nunca le reveló que hubiera un "algo más". Así que sus preocupaciones no iban más allá de su propia persona, y su impulso hedonista le absorbía toda su atención. El mundo estaba hecho por y para él.

Todas las noches de agosto, año tras año, se iba a dormir bastante tarde. Sus padres le dejaban jugar hasta la medianoche con sus amigos del vecindario bajo su atenta mirada desde el jardín de su casa, donde se reunían con los padres del resto de niños para charlar animadamente. Lo pasaba genial relacionándose con sus vecinos e inventándose nuevas formas de pasar el tiempo.

En su casa se prohibían los telenoticias y los periódicos. Tampoco se veía la televisión si no era para poner una simpática película de animación o de dibujos animados. Su elitista barrio lo era todo: salir de allí no era una opción. Sus padres le protegían de las adversidades que Enrique no era capaz de imaginar. Tenía la vida resuelta. Su curiosidad dormía plácidamente mientras su mente distraída se entretenía con las banalidades más absurdas que se cruzaban en su camino.

Pero la cuerda se estiró demasiado. Pasaron los años y el tiempo no perdonó, ni siquiera, a la dichosa familia. Enrique se encontraba solo. Sin hermanos y sin familia a la que recurrir. Ya hacía bastantes años que sus amigos de la infancia se habían marchado del barrio y éste parecía completamente distinto a cómo lo recordaba. El óxido de los columpios del jardín y la escasa presencia de flores y plantas ornamentales en las casas del entorno delataban el inexorable paso de los años.

Su salario no era suficiente para hacerse cargo de tantos gastos como le reportaba su hogar. El nuevo empleo que consiguió en aquella empresa no le satisfacía en absoluto, ni en lo económico ni en lo profesional. claro que su formación era casi inexistente: nunca le había preocupado esa minucia...

Quedó exiliado a uno de las peores zonas del extrarradio, sobreviviendo a una situación personal alejada de su futuro soñado. No entendía que el engranaje que movía al mundo lo hiciera en sentido contrario. Su actitud despreocupada y la trivialidad que mostraba ante la vida le pasó factura. Pero ya era tarde. Estaba condenado a vivir bajo la percepción de un mundo desalmado y cruel. El reloj jamás detuvo el minutero y sin darse cuenta se sumió en su peor pesadilla. El mundo le tragó. Quizás le faltó valorar lo que tenía. Se percató de que el tiempo pone a cada uno en su lugar.

Enrique jamás fue un hombre feliz.


Quedan unas pocas horas para la Evasión.


Un pequeño fragmento de If I never see your fece again, de Maroon 5:

'Cause you keep me coming back for more
And I feel a little better than I did before
If I never see your face again
I don't mind

'Cause we gone much further than I thought we'd get...

viernes, 20 de agosto de 2010

Escapar de la rutina


Por fin ha llegado el día. Después de esperar días que parecen semanas y minutos que parecen horas, llega el descanso. Empieza la desconexión. Llega el momento de desenchufar el cerebro que ha trabajado, en muchas ocasiones, a más de 1.000 revoluciones por minuto. Ahora toca disfrutar.

Empieza una nueva y corta etapa para oxigenar las ideas y tomar aire. El momento de coger fuerzas para volver a enfrentarse a los retos del día a día. Es la oportunidad de hacer algo nuevo, de vivir algunos de esos momentos que se graban a fuego en la memoria. La ocasión perfecta para viajar y tomar distancia de lo que nos rodea. Es tiempo para dedicarse a los hobbies y a tus amigos,a tu familia.

Es verano y es tiempo de vacaciones.

Además, ¡sólo quedan 5 días para la Evasión!

(Y sí, la entrada de hoy probablemente es una birria, ¡pero ya os he dicho que estoy de vacaciones!)


Os dejo Bliss, de Muse. Si el blog se llamase Empieza por B, supongo que la entrada de hoy sería Bliss:

Everything about you is how I'd wanna be,
Your freedom comes naturally.

Everything about you resonates happiness
Now I won't settle for less.

Give me
All the peace and joy in your mind
.

Everything about you pains my envying
Your soul can't hate anything.

Everything about you is so easy to love
They’re watching you from above.

Give me
All the peace and joy in your mind
.

martes, 10 de agosto de 2010

Encerrado en el cristal


En aquella casa de muñecas, la vida no podía ser más feliz. Aunque tenían sus altibajos, la familia vivía con la seguridad de que su mundo se asentaba fuertemente sobre su base. Las anecdóticas discusiones sólo servían para unir más fuertemente a sus miembros y los momentos de paz eran la constante rutina en que estaban inmersos.

El padre de familia trabajaba en el centro de la ciudad. Su impecable coche le llevaba raudo a su oficina, en una ciudad sin atascos y sin horas puntas. Su jornada laboral acababa al mediodía, momento en que regresaba a casa donde le esperaba su mujer con un suculento almuerzo que había preparado con todo el esmero que cabía esperar de ella. La madre vivía como quería hacerlo: se sentía bien cuidando su hogar y mimando a sus hijos, y se sentía muy complacida cuando su marido y ella salían a pasear por su idílico vecindario de casas de colores.

Los hijos no eran menos acordes con la situación: la primogénita estudiaba en la universidad avalada con una importante beca mientras que su hermano acababa los estudios secundarios. Ambos se encontraban rodeados de un sano grupo de amistades con los que compartían las más variopintas experiencias, desde organizar una barbacoa en el jardín hasta jugar la más interesante de las partidas de bolos.

Todo parecía perfecto.

Pero un día, uno de tantos, el feliz matrimonio, sin apenas darse cuenta, alargó el ya tradicional paseo de las tardes más de lo habitual. La conversación era tan interesante que no se dieron cuenta de que hacía rato que habían abandonado el vecindario y se habían adentrado en un bosque desconocido para ellos. Cuando se dieron cuenta, algo nuevo afloró de su interior, algo extraño y que les provocaba un cierto cosquilleo en la barriga: la curiosidad. Ésta fue la que les impulsó a continuar caminando para explorar aquel lugar diferente.

Lo más inquietante fue lo que sucedió al poco rato de seguir caminando. Sus narices toparon con una gran cúpula de cristal que parecía envolver su mundo perfecto. Se quedaron mirando a través de tan grandiosa pared, atónitos y casi sin pestañear. Ahí fuera había otro mundo, había un más allá cuya existencia ignoraban hasta entonces. Era un mundo de aventura, de riesgos, de azares del destino, de sorpresas. De todo aquello que jamás habían experimentado. Extrañas emociones recorrieron todo su cuerpo y se alojaron en su cabeza.

Y se dieron cuenta de que su pequeña ciudad se desmoronaba a una velocidad de espanto. Se dieron cuenta de que su felicidad era ficticia, estaba pintada en un cuadro de colores apagados colgado frente al televisor. Su corazón ardía por sentir una nueva vida, una vida real, alejada de todo aquello etiquetado como perfecto. La adrenalina corrió por primera vez por sus venas. ¿De qué servía vivir estancados en una realidad paralela sin sentimientos?

Decidieron romper el cristal. La vida les esperaba. La vida de las emociones, de los riesgos, de las sorpresas y de las aventuras. La perfección no existía. Equivocarse significaría aprender algo nuevo, caerse significaría volverse a levantar y tomar un camino erróneo sería el mejor modo de encontrar un atajo. Sentir sería la mejor recompensa.

Y vivir... vivir era la oportunidad que tanto tiempo habían estado esperando.

domingo, 8 de agosto de 2010

Érase una vez... (I)


...un rey que vivía sus últimos años de vida. El astrólogo real le dijo que su vida le sería arrebatada por una serpiente, pero el rey se resistía a morir. Así que se vio obligado a preguntarle al astrólogo si había algo que pudiera hacer para no ir al inframundo. Éste le respondió que su única opción de burlar a la muerte era dormir rodeado de pequeñas lamparas de aceite encendidas y decorar todo el palacio de la misma manera en el día de Laxmi puja.

Fue entonces cuando Laxmi, diosa de la riqueza y consorte de Vishnu, convenció a la serpiente para que no arrebatara la vida del rey. Tanto fue así que la serpiente guió al rey al inframundo y lo llevo ante Yamaraj, dios de la muerte, e intercedió por el rey alegando que aún no le había llegado la hora. Yamaraj no creyó a la serpiente, así que abrió su Gran Libro y buscó los años que le quedaban al rey por vivir. Cuando lo encontró se dio cuenta de que figuraba un cero al lado de su nombre, pero la serpiente, hábil y rápidamente, escribió un siete delante, así que el rey vivió 70 años más.

Desde entonces, el decimotercer día después de la Luna Menguante de Octubre se celebra el Tihar en Nepal, una celebración en la que se venera a la diosa Laxmi, a Yamaraj y a la vida, y se les pide un año lleno de prosperidad. Lo más característico de esta fiesta de 5 días de duración es la decoración de toda la ciudad o pueblo con pequeñas velas, lámparas de aceite y otros tipos de luces. El Laxmi puja es el tercer día de celebración y es también el más importante, ya que la diosa Laxmi da una vuelta al mundo durante esa noche para observar a todos aquellos que la veneran.


Quizás debamos aprender a vivir con sencillez y sin perder la esperanza en que algo bueno llame a nuestra puerta. A vivir con la ilusión de formar parte del mundo un año más. Y sobretodo, aprender a agradecer a la vida todo lo que nos ha dado.

martes, 3 de agosto de 2010

Estroboscópico


Supongo que todos vosotros habéis estado en una discoteca alguna vez. Y seguro que en esa discoteca tenían uno de esos potentes flashes que se encienden y apagan intermitentemente. ¿Os habéis fijado que si miráis a alguien bailando mientras el flash parpadea parece que la persona siempre esté quieta pero en diferentes posturas? ¿Es decir, que la veis más lenta o inmóvil aunque se esté moviendo? Eso es el efecto estroboscópico de la luz.

Y parece que las cosas últimamente funcionan así. Sólo te das cuenta de ciertas situaciones pero no sabes cómo has llegado hasta ahí. Es como si no pudiéramos ver el movimiento pero tuviéramos información de la posición de cada cosa en cada momento. Reconozco que me cuesta un poco explicarlo...

¿No pensais que hay ciertas situaciones a las que no sabéis como habéis llegado, que os falta algo para comprender el por qué estáis ahí? ¿Que el puzzle no está completo? Aunque esto no siempre es negativo: el azar muchas veces nos sitúa donde queremos estar. O quizás sean las ganas de volar, o el empeño en superarnos. Sea como sea, quiero comprender el porqué de muchas cosas. Quiero una explicación, quiero saber cómo se mueven las cosas. Quiero una teoría y un resultado, sacar una conclusión. Quiero ciencia en todo esto.

Sin embargo, hay ciertas cosas que prefiero no saber. Que sea el kharma quien se encargue de juzgar los movimientos y ponga a cada uno en su lugar...

¡Perdonad por lo caótico de este post!


Canción: MK Ultra, de Muse.

The wavelength gently grows,
coercive notions re-evolve.
Our universe is trapped inside a tear.
It resonates the core,
creates unnatural laws.
Replaces love and happiness with fear.

How much deception can you take?
How many lies will you create?

How much longer 'til you break?
Your mind's about to fall.

And they're breaking through.