martes, 25 de enero de 2011

Estirpe diminuta y maligna


Érase una vez un virus maligno. Pero no uno cualquiera, era uno de los más temidos en la historia de la humanidad. Pertenece a uno de los más reconocidos linajes de tales seres. Y aunque lleva siglos sembrando el pánico, aún campa por nuestro planeta invadiendo a todo individuo despistado. La gran mayoría les llaman, a él y a su extensa familia, gripe, pero ellos prefieren ser llamados Influenza.

Después de una semana viviendo dentro de ti de tapadillo y sin pedir permiso de ninguna clase, se hace notar. Te calienta por dentro (no malpenséis, si sólo fuera eso...), siembra de espinas tu garganta e hincha y deshincha tus pulmones a su son. Además, la cabeza se llena de pájaros haciendo imposible sacar una conclusión clara. Dormir se convierte en la única actividad que eres capaz de desarrollar sin grandes dificultades, a menos que en ese momento el virus se sienta travieso. Y eso cuando no le da por jugar y descargar contra tu piel pequeñas descargas eléctricas...

Muchos pensaréis que todo esto es una exageración. Pero vuestro concepto cambiaría, seguramente, si nos desplazásemos algo más de 100 años atrás y le preguntásemos a alguien por la gripe española. Y como esas hubo otras. Seguro que recordáis a otros insignes miembros de su familia, como la gripe aviar o el virus A. Quién me acompaña no tiene tanto glamour. Es el primo de la ciudad: ese que abandonó su pueblo natal y se fue a la polis buscando el éxito y la fama, y sin embargo no llegó a triunfar jamás, ahogado en su propia mediocridad.

Y en esas estamos: aguantando el chaparrón. Inmerso en una lucha interior sin tregua, sin descanso y sin reglas. Intentando frustrar el intento de esta estirpe de apoderarse de aquello que equivocadamente cree suyo. Es hora de pelear. Es hora de amotinarse. Es hora de sublevarse. Y, sobretodo, ¡esto es la guerra!


Un trozo de On my mind, de The Sunday Drivers:

You say I was a good friend and I have gone down hill,
honestly I don´t know if you were so to me.
Can you understand me? Can you hear me shout?
If you don´t understand me, leave me in my cloud.
Talking of life I´m not to keen,
sometimes I face it, sometimes I cry, cry, cry ...

On my mind, on my mind, on my mind,
on my mind there´s a thing that I can´t explain,
and I´m quiet, yes I´m quiet, very quiet,
really quiet most of my time.

Talking of life I´m not to keen,
sometimes I face it, sometimes I hide, hide, hide ...

On my mind, on my mind, on my mind,
on my mind there´s a thing that I can´t explain,
and I´m quiet, yes I´m quiet, very quiet,
really quiet most of my time.

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