sábado, 30 de enero de 2010

Entre muletas


Pues sí, aquel que se mueve dando saltos entre dos muletas, con un tobillo inflado y una venda en el pie, soy yo. Por lo menos durante esta semana. Semanita dura, por cierto...

Os aseguro que ahora me doy cuenta de lo poco que cuesta hacer las cosas cuando estás bien a pesar de lo mucho que te puedes quejar para no hacerlas o de la poca importancia que se les da. Por ejemplo, probad a coger el móvil mientras intentáis llegar a algún sitio con las muletas. O llevar un plato de sopa desde la cocina hasta la mesa. O ir a comprar una botella de agua (grande, claro).

Volver a ser semi-dependiente no es plato de buen gusto. Tardar el triple en darse una ducha es casi desesperante (¡intenta que no se moje la venda!). E intentar llegar a tiempo al trabajo... Además de la incomodidad de estar siempre pendiente de que el pie no se mueva y de tenerlo bien colocado. No os lo recomiendo.

Además voy a abandonar los planes del fin de semana y estar más "relajadito" que nunca en casa. ¡Qué más se puede pedir! Espero que el próximo fin de semana sea espectacular, para compensar, a ver si es verdad que existe el karma.

Así que el consejo de hoy será aquel de: "¡no seáis vagos, que no cuesta nada hacer las cosas!"

1 comentario:

  1. Ei Edgar siento un monton que estes asi! cuando he visto la foto...me sabe mal decirlo...pero me he reido de la originalidad de ella.....
    Por cierto el año que viene se cambia de nombre el equipo eeeeehhhhh!!!
    Un abrazo desde el polo norte!

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