Entre mis aficiones, la música, probablemente, ocupa el número 1. No sé salir de casa sin el iPod cargado con más de 300 canciones (aunque si he de ser honesto diré que no escucho más de 80...). Pero siempre que renuevo el repertorio musical y estoy a punto de apretar "Supr" sobre una de esas canciones de las que ya me he cansado pienso: "¿y si en dos días me da por escucharla? ¡Bah! déjala, si para lo que ocupa..."
Y una de las últimas incorporaciones al iPod, del que seguro volveré a hablar algún día, es Muse. Algunos compañeros del trabajo tienen la culpa de la nueva afición, pero hay que reconocer que han dado en el clavo. Ya va el cuarto disco que escucho y cada vez me gusta más.
Letras oscuras y ritmos de rock alternativo, casi entrecortados, llevando al límite tanto los instrumentos (se aprecia clarísimamente con las guitarras eléctricas) como la voz de su cantante, Matthew Bellamy. Y es que con la obsesión de éste por el apocalipsis y los extraterrestres no es de extrañar que las letras sean más bien algo retorcidas y románticas en el sentido clásico y literario de la palabra. A veces algo tristes y dramáticas, o trágicas.
Su último disco, The Resistance, ofrece una visión más orquestada de la banda con clara influencias de Queen (sólo hace falta que escuchéis United States of Eurasia). Su primer single, Uprising, es una oda a la rebeldía con una gran fuerza, tanto vocal como melódica.
Y podría seguir hablando de la banda, pero me esperaré a verlos en concierto para que demuestren en directo el talento que tienen, que les sobra en la composición musical. De todas formas, se me está acabando la batería de iPod, y sin inspiración será difícil seguir escribiendo. Os animo a escucharlo, desde el Origin of Simetry hasta el The Resistance, pasando por el Black Holes and Revelations.
Ya han sido inspiración de Stephenie Meyer (novelista autora de Crepúsculo), así que intentaré que me inspiren a mí también.
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