domingo, 25 de julio de 2010

Estrepitosamente


Primeramente, reconozco que me he aliado con la Luna. Mientras ella me mira por la ventana, una extraña fuerza mueve mis dedos y una nube de emociones se posa en mi cabeza. Quizás sea que con el Sol se va el calor asfixiante del Mediterráneo y las ideas aprovechan para correr a sus anchas por los rincones de mi mente sin miedo a ser abrasadas. O quizás es más sencillo que todo eso. Sea como sea, parece que la nocturnidad me da otro sabor, puede que más amargo.

Centrándome en el asunto de hoy, supongo que habréis escuchado más de una vez aquello de caer estrepitosamente. Estrépito significa "ruido considerable", así que aquello que cae estrepitosamente lo hace originando un gran escándalo. Normalmente suele implicar consecuencias sonadas, relevantes.

Me he esforzado en construir mi castillo de naipes, en el que cada carta tiene una función indispensable, sobretodo las que se sitúan en la base. Desafortunadamente, un golpe de viento lo ha sacudido de tal forma que se está desmoronando por completo. En alguna ocasión os he comentado que el equilibrio suele ser muy frágil. Lo más increíble es que cada naipe que cae está haciendo un ruido muy intenso, casi insoportable. No todos lo podemos oír, aunque yo cuento con esa habilidad.

¿Que por qué se desmorona? Puede que no estuviera bien construido. O no estaba bien diseñado. O a lo mejor la naturaleza ha decidido acabar con él, ¡qué se yo! He procurado que no me caiga encima, pero esa tarea parece la más complicada de todas. "El capitán jamás abandona el barco, aunque se esté hundiendo en medio del océano". Se trata de soportar su peso, resistir el viento y resguardarse hasta que pase el temporal. Y volver a construirlo de nuevo, aunque cueste.

Mis castillos se han caído. Algunos le llamáis decepción, otros desilusión. Yo prefiero llamarlo cambio o giro del azar. Al fin y al cabo, es lo mismo mirado desde diferentes perspectivas. La conclusión es la misma: toca volver a construirlos. Y lo haré.

Os doy un consejo: construid vuestro castillo de naipes desde la base. Poned las cartas de mayor valor debajo. Si cae, volved a levantarlo. Siempre hay una segunda oportunidad. Y si un naipe queda demasiado dañado, substituidlo. Disponéis de toda la baraja. Tened paciencia, hasta tenerlo acabado se caerá varias veces. Estoy convencido que la recompensa hará que tanto esfuerzo haya merecido la pena.

¡Buenas noches! Y perdonadme por molestaros a estas horas...


Antes de irme dejo un fragmento de otra canción de Muse, esta vez Map of your head.

I'm sick of feeling my soul
to people who'll never know
just how purposeless and empty they've grown.
Because the language confuses
like computers refuse to understand
how I'm feeling today

I'm freezing and losing my way.
I don't need another map of your head.

No hay comentarios:

Publicar un comentario