miércoles, 3 de marzo de 2010

Exhausto


Exhausto: Enteramente agotado o falto de lo que necesita tener para hallarse en buen estado.

Así me siento hoy. La vida en la ciudad resulta bastante dura. El estrés de ir corriendo arriba y abajo, exprimiendo cada segundo; lidiar con el trabajo; encontrar un hueco para tu gente... Parece fácil, pero en días como hoy no lo es. Pero mejor os cuento la historia desde el principio, que es por donde empiezan todas las historias.

El fin de semana ha sido una locura. Después de salir de fiesta hasta ver el alba, acabamos, no sé muy bien cómo, en el servicio 24 horas de un restaurante de una conocida marca de comida rápida (no les pienso hacer publicidad después de lo que me hicieron). La fiesta había ido bien: imaginaos la típica discoteca plagada de gente, un "cubata" en la mano, un ¡no te oigo nada!... Eso, ¡lo típico!

Volviendo al restaurante aquel, me pedí unas patatas fritas para picar algo después de tan dura noche. Nos dan la bolsa con la comida que habíamos pedido, y para sorpresa mía, ¡lo único que faltaba eran mis patatas! ¡Pero no os creáis que se habían olvidado de cobrarlas! Eso es lo de menos, la cuestión es que me quedé con las ganas. Así que decidí bajar del coche mientras mis amigos comían y acercarme a la playa (estabamos aparcados en Bogatell) para ver la línea naranja del cielo que me decía que ya era domingo.

El domingo vino una amiga a comer a casa. ¡No sé cuál de los dos estaba más ausente! Lo cierto es que mi estado era consecuencia de la fiesta de la noche anterior; el de ella era consecuencia de una noche entera trabajando. Así que parecíamos peces en una de esas peceras pequeñas y redondas rodeados por piedrecitas de colores a las que no éramos capaces de hacer caso. Ahí estaban, pero daba igual.

El lunes se plantó en el calendario como un día aparentemente tranquilo, pero nada más lejos de la realidad. La lucha del día a día había vuelto. Sin embargo, un partido de fútbol parecía estar dispuesto a romper la rutina en los últimos minutos de ese lunes, apoderándose también de una pequeña parte del martes.

Y hoy... ¡qué decir de hoy! Continúa la batalla, continúa el ejercicio, continúa el caminar como un zombie por la ciudad... ¡Continúa la vida!

Me voy a dormir, necesito descansar... ¡Buenas noches!

La canción de esta noche es una nana. Sí, una cualquiera, la que os sepáis. Y como la que yo me sé no tiene letra, hoy os dejo que os la inventéis vosotros.

2 comentarios:

  1. Sr Edgar a mi estos dias me encantan, me hacen sentir tan vivo... El fin de semana ha sido genial, la semana dura pero tendremos nuestra recompensa

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  2. A ver si es verdad y llega la recompensa, ¡que yo sigo agotado y el trabajo se me acumula! jeje

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