lunes, 7 de febrero de 2011
Electricidad dinámica
Si frotas una regla de plástico con un jersey de lana y la acercas a unos trozos de papel pequeños, éstos se pegan a la regla. Seguro que en el colegio os lo enseñaron. Y sólo la física podía señalar a la culpable de tan conocido fenómeno: la electricidad estática. Aunque por la cara que se os debe haber quedado no creo que os parezca nada extraordinario.
Es necesario algo más. Algo de nieve, el viento en la cara y la velocidad que emana de tus pies provocan un impulso eléctrico que recorre la médula descargando adrenalina en cada centímetro de tu piel. El fin de semana alejado de la ciudad, las risas a media tarde y la compañía de los tuyos. Despertar con la luz del sol, estirarse en el sofá con una manta mientras ves nevar a través de la ventana, disfrutar de un partido de futbol e irse a dormir sabiendo que el día siguiente será especial. Celebrar un día cualquiera, ver un atardecer infinito y tumbarse para mirar las estrellas. Competir, jugar y triunfar. Ver como los tuyos consiguen sus metas, saber que cuentas con incondicionales a tu lado. Escuchar una buena canción, cantarla, gritarla y bailarla. Emociones, una caricia, un abrazo, un beso. Una palabra o un gesto. Un recuerdo, lágrimas de alegría y una fotografía. Todo esto (y muchas más cosas) provoca una descarga, un escalofrío que se extiende rápidamente por todo el cuerpo.
Es la electricidad dinámica. Un movimiento, una acción o una extraña fuerza que activa a la vez todos nuestros nervios. Algo que nos pone la piel de gallina. Endorfinas revoloteando por el cerebro a sus anchas haciendo que te sientas bien. Un chispazo que salta a quienes están cerca.
¿Veis ese rayo azul que salta entre vuestros dedos?
Eléctrico, de Supersubmarina:
Porque fueron muchas noches en las que no podía dormir,
y no dormí.
Porque fueron mil historias y todo lo que llegué a sentir;
sufrí sin ti.
Y fueron muchas veces las que quise llamarte o verte,
me acojoné, lloré y me fui.
Algo giró en mi barriga,
la fricción me provocó algo que no podré explicar.
Algo parecido a una descarga,
algo parecido a un huracán.
Como un impulso eléctrico, eléctrico, eléctrico, eléctrico.
Porque me temblaron las entrañas y me pudieron las ganas
de estar aquí.
Y porque siempre he sido el mismo idiota distraído
que se esconde, que se rinde, que no sabe lo que dice.
Me acostumbré a decir que no
y perdí todas las esperanzas.
Hasta que el sol me atravesó,
me partió del pecho hasta la espalda;
me partió en dos con su descarga.
Como un impulso eléctrico, eléctrico, eléctrico, eléctrico.
Algo giró en mi barriga,
la fricción me provocó algo que no podré explicar.
Algo parecido a una descarga...
Me acostumbré a decir que no
y perdí todas las esperanzas...
Me acostumbré a decir que no...
Me acostumbré a decir que no...
Algo parecido a una descarga.
Algo parecido a una descarga.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
EMPIEZA POR E
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.
José
Ramón...